En ALMA NEGRA, Ibon Martín nos traslada a su escenario más extremo: la zona minera de Vizcaya

Editorial Plaza&Janés. 456 páginas

Tapa blanda con solapas: 21,90€ Electrónico: 9,99€


Ibon Martín, rey del thriller atmosférico, nos traslada a su escenario más extremo: la zona minera de Vizcaya. Un territorio donde las ruinas del pasado industrial han sido reconquistadas por la naturaleza, dando lugar a un paisaje de belleza inquietante y sobrecogedora.



BAJO LA NIEBLA BLANCA SE OCULTA UN ALMA NEGRA


Aunque hace décadas que las minas enmudecie­ron en los Montes de Hierro, en la quietud de la no­che aún pueden oírse los lamentos desesperados de las almas que quedaron sepultadas en su vientre de roca. La aparición del cadáver de Teresa Echegaray, la poderosa mujer que pretende reabrir la explotación, despierta entre los habitantes de la cuenca minera el miedo a las leyendas dormidas y reaviva el rencor acumulado durante largos años.


La investigación del asesinato se ve lastrada por un acontecimiento que sacude la vida de Julia. Cuan­do parece que al fin ha llegado la hora de cicatrizar una dolorosa herida de su pasado, no encuentra la respuesta que busca, sino nuevas preguntas y una misión para Ane Cestero quien, despojada de su uni­forme y su placa, tendrá que resolver el rompecabe­zas armada únicamente con su instinto. Juntas se enfrentarán al caso más complicado de su carrera


HERIDAS ABIERTAS DE LA CUENCA MINERA VASCA


Alma Negra es un thriller de atmósfera muy espe­cial que constituye un homenaje literario a la cuen­ca minera de Vizcaya. Los Montes de Hierro, un área histórica marcada por siglos de explotación minera, se convierten en un personaje más, fundamental en la construcción de la trama de la novela. Ibon Martín, conocido por dotar a los escenarios de sus novelas de una presencia casi tangible, utiliza la terrible historia de la Margen Izquierda como un reflejo de las tensio­nes, secretos y oscuros rincones que se sienten como una extensión del conflicto humano.


Los paisajes extremos, torturados durante miles de años para extraer de sus entrañas el preciado mi­neral de hierro hoy lucen limpios, aunque ríos como el Barbadún o los lagos de La Arboleda todavía cargan con los vestigios de la contaminación de su pasado y se presentan como un reflejo del desgaste y las cica­trices pasadas. Las ruinas de hornos de calcinación y lavaderos de mineral, que se encuentran esparcidas por la región, son parte integral de la novela, carga­dos de simbolismo, recordando al lector que la región es tanto una huella histórica como un espacio vivo de misterio.


Los lugares abandonados hace décadas y hoy recuperados por la naturaleza, mezclan la be­lleza salvaje con el recuerdo de un pasado industrial que sirve de metáfora de la dualidad del ser huma­no y la tensión entre el progreso y la destrucción. Los personajes, atrapados en una serie de sucesos que los superan, no pueden escapar de la influencia de su entorno: un lugar que, aunque ha cambiado, sigue estando marcado por el dolor, las injusticias y la lucha por la supervivencia.


La novela también aborda en tiempo presente la resistencia a la reapertura de las minas. En Alma Ne­gra, los habitantes de los pueblos mineros se oponen ferozmente a cualquier intento de revivir un pasado que aún duele. Las protestas y pancartas en las que se exige el respeto por la memoria de las víctimas de la minería son ecos de una realidad que, aunque no es el foco principal de la historia, aporta una capa adi­cional de profundidad al reflejar los conflictos socia­les que protagonizaron la época de la reconversión.


A través de esta ambientación, Ibon Martín no solo construye un thriller absorbente, sino que nos invita a reflexionar sobre el peso de un legado trágico, porque el material con el que se forjaron los sueños de la industria vasca es el mismo que pobló las pe­sadillas de aquellos que se encargaron de extraerlo. Entre las aldeas durmientes de belleza singular aún laten supersticiones y oscuras leyendas como la mis­teriosa figura de «Alma Negra» que el autor revive en estas páginas. Un símbolo de la codicia, crucial en el desarrollo de la trama, que mantiene viva la memoria colectiva de la cuenca minera.


Sobre el autor


IBON MARTÍN (Donostia, 1976) ha conquistado un lugar propio en el thriller nacional e internacional gracias a sus pasiones: viajar, escribir, describir.

Su carrera literaria empezó en la narrativa de viajes. Enamorado de los paisajes vascos, recorrió durante años todos los caminos de Euskadi y editó numerosas guías que siguen siendo referencia imprescindible para los amantes del senderismo.

Su primera novela, El valle sin nombre, nació con el deseo de devolver a la vida los vesti­gios históricos y mitológicos que sus pasos descubrían. Tras ella llegaron «Los crímenes del faro», una serie de cuatro libros inspirados por el thriller nórdico que se convirtieron en un éxito rotundo.

La danza de los tulipanes alcanzó los primeros puestos en las listas de más vendidos, consagrándolo como uno de los autores más destacados de thriller tanto en España como en el extranjero, donde algunas de las editoriales internacionales más prestigiosas se rindieron al hechizo de su narrativa. La hora de las gaviotas fue galardonada con el Premio Paco Camarasa a la mejor novela negra del año y El ladrón de rostros lo confirmó como el maestro vasco del suspense.

Novela a novela ha construido un universo muy especial en el que se mezclan con ele­gancia todos los tonos del noir: investigación a cargo de un equipo policial, perfilación criminal del asesino, denuncia de asuntos de actualidad, suaves pinceladas de suspense y ambientaciones poderosas que evocan paisajes rurales y leyendas antiguas.



 

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